HURTO EN LAS HUERTAS ¡BARTOLO INOCENTE!
Brooklyn
- Burgos, abril 2004
En las últimas semanas varios vecinos
de la villa de Santa María del Campo han denunciado la desaparición
de grandes cantidades de hortalizas de sus huertos en los alrededores
del pueblo.
Hasta las últimas fechas, las sospechas recaían en
Bartolo, el asno voraz del pueblo vecino de Ciadoncha, que ya el
año pasado fue pillado in fraganti cargando sus
alforjas de zanahorias y tomates de las tierras de nuestra ribera.
Esta hipótesis quedó descartada tras conocerse, por
boca de su dueño, que Bartolo permanece ingresado en una
clínica veterinaria por ingerir unas manzanas de plástico
que adornaban la entrada de su casa.
Por este motivo, las autoridades del pueblo
han empezado a seguir otras pistas. Una de ellas es la aportada
por dos reconocidos investigadores, vecinos del pueblo, Carlos Fidalgo
y Mari Torres, que dicen haber identificado algunas de las huellas
encontradas alrededor de los huertos afectados.
-No cabe duda... -dice la pareja, que vivió
durante varios años en el corazón de África-
...es obra de un leopardo. Ha sido un trabajo casi perfecto, digno
de profesionales.
Ante la posibilidad de que este felino u
otra fiera se haya escapado del circo que hace poco pasó
por el pueblo, las autoridades de Santa María han desplegado
el dispositivo de seguridad previsto para situaciones de máximo
riesgo, como antes ha ocurrido con la ingestión de caldos
varios en épocas de vendimia o en las fiestas de los Quintos.
-Esta situación ha de remediarse
-exige enérgicamente uno de los hortelanos perjudicados por
las desapariciones-. Yo tengo que poner un pimiento y tres tomates
todos los días en la mesa. Y temo más al pronto de
mi señora que a un gato de esos.
Tras un primer contacto, los propietarios
del circo han informado de que no falta ninguna de sus bestias.
“Pues pregúntales si les falta un simio, porque esos
jodíos comen de todo”, subraya. A falta de
noticias, el caso sigue abierto.
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CARAVANA AL CAMERINO DE ANA ROSA ... ¡MENUDO
CHOU!
Sandalio
- Burgos, abril 2004
Era como un día de fiesta. Cerca de
medio centenar de habitantes de Santa María del Campo, municipio
burgalés de sobra conocido por los lectores de este boletín
informativo, viajaron para darse un festín de tele en directo
hasta San Sebastián de los Reyes, localidad madrileña
donde tienen su sede los estudios de Antena 3 Televisión.
El trayecto en autobús arrancó desde el pueblo a media
mañana. Era un día grande, los nervios estaban a flor
de piel. Por primera vez, muchos de los aventurados iban a disfrutar
de la oportunidad de pisar un plató de televisión.
Más aún, taconear sobre el mismo que cada tarde acoge
a Ana Rosa Quintana, esa diva mediática de la sobremesa,
y a su séquito de periodistas de lo rosa.
Pero antes del chou hubo ocasión para deambular
por Sanse, hacer tiempo tomando algunos vinillos y cambiar
impresiones. “Oye, pues me sorprende que estos de Sanse
no tengan nada de acento vasco”, dijo uno antes de zamparse
un pincho de tortilla. Algunas de las señoras pasaron de
vinos y fueron al encuentro de algún puesto de venta de toallas.
La búsqueda, minuciosa, fue infructuosa. “Te lo dije,
que lo de las toallas es en Portugal”, sentenciaba uno de
los maridos.
Cuando la estarlet catódica salió a escena
nadie quiso perder ripio. “Mírala, qué mona”,
susurraban unas. “Qué arreglada... y a sus años,
ahí la tienes”, deslizaban otras. “Vaya culo,
si es que...”, exclamó otro vecino de Santa María,
que tuvo que continuar para sus adentros con el piropo ante la mirada
recriminatoria de su parienta.
Y poco más, porque en un programa
tan formalito no hubo juego para los invitados. Ni siquiera para
el negro de Ana Rosa, que no dejó verse por allí ni
para firmar un par de autógrafos en lugar de su jefa. Pero
el paso por el camerino de Ana Rosa dejo buen sabor de boca, para
ellos y para ellas. Y en especial para V.M., que a falta de un trozo
de papel ofreció su pecho lobo para que la diva estampara
su firma. “Gracias maja, no pienso lavarme en un mes...”,
espetó. “¿Cómo?” -apuntó
su señora- “tú así no entras a casa”.
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